Parece imposible no ver hoy corazones por todas partes!
Pero después de una semana de saturación amorosa y con mis dos pequeñas preguntando todo el rato lo que iba a hace para San Valentín, no he podido evitar unirme yo también.
Para estas galletas necesitamos
2 huevos
300 grs. de azúcar
250 grs. de mantequilla
500 grs. de harina
1 pizca de sal
1 sobre de gelatina en polvo sabor fresa (opcional)
colorante rojo en polvo
En un bol mezclamos los huevos con el azúcar.
Añadimos la mantequilla en pomada y la sal.
Tamizamos encima la harina.
Mezclamos todo muy bien y dividimos en dos partes iguales.
Una de las partes la colocamos entre dos hojas de papel de hornear y con un rodillo de amasar le daremos forma de rectángulo del grosor del que más nos guste las galletas.
Intentaremos que la masa tenga la misma altura en todos los lados.
La colocamos en una bandeja, así cubierta entre los dos papeles y guardamos en el frigorífico.
A la masa restante le vamos a añadir un poco ( o mucho , según el tono que queráis conseguir ) de colorante en polvo color rojo y el sobre de gelatina en polvo sabor fresa. Este ingrediente es opcional porque las galletas sin la gelatina ya están muy buenas, pero sorprende el sabor a fresa si lo añadís.
Ahora tenemos que mezclarlo muy bien para que el color sea homogéneo en toda la masa.
Procedemos igual que antes colocando la masa entre dos hojas de papel de horno y formando un rectángulo del mismo grosor aprox. que antes y guardamos también en el frigo.
Una vez fría las masas, nos haremos con un molde para cortar galletas cuadrado y otro en forma de corazón que nos quepa dentro del cuadrado.
Vamos cortando cuadrados de masa y en el centro cortamos con el molde corazón.
Intercambiamos colores y vamos colocando en la bandeja de hornear.
Horno a 180 grados durante 10 ó 12 minutos hasta que veamos dorar el borde de las galletas sin color.
Sacamos y dejamos enfriar antes de manipularlas.
Con la misma masa y con cortapastas de letras, he formado la palabra LOVE ( como no )
Solo hay que cortarlas y ponerlas juntas antes de hornear. Con el calor se pegarán unas con otras y nos queda una fantástica megagalleta que ha encantado a mis hijas y las ha dejado satisfechas hasta el próximo San Valentín.
Otras galletas que salieron de mi horno
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